Sin duda alguna en la actualidad nos encontramos en una época sumamente privilegiada. Donde la tecnología nos ha mostrado un nuevo mundo que ha despertado nuestra curiosidad por completo. Y es que en la actualidad ¿Quién no posee acceso a internet? Toda persona hoy en día al menos ha escuchado hablar al respecto y de hecho la gran mayoría de la población a nivel mundial cuenta con acceso a internet.
Por tal motivo no es de extrañar que al crearse un nuevo mundo digital, se creen nuevas tendencias. Inclusive el arte se ha visto afectado de forma positiva. Ya que gracias a la mejora de las cámaras fotográficas, hoy en día se pueden contar con excepcionales fotografías que son consideradas toda una obra artística. Además la venta de fotografías artística cada vez es mayor y ¿Por qué no? Si al tratarse de algo bello, innovador y de calidad es razonable que se vuelva una tendencia.
Así es como la evolución nos afecta en todos los ámbitos posibles. Sin embargo a pesar de que la fotografía artística es algo que se puede decir que es nuevo. Lo cierto es que posee una base que data de siglos atrás y esa es la composición.
La clave para que una obra de arte sea considerada como tal no se logra al hacer algo bonito. O un simple adorno que se vea bien en un espacio determinado. Se trata de una pieza que si bien puede ser agradable a la vista, detrás de ella se encuentra un minucioso trabajo de geometría, perspectiva, luz y sombras. Un trabajo que no hace cualquier ignorante. Se trata de un trabajo realizado por un artista que está consciente de lo que hace y en cada una de sus obras tiene un propósito claro. El cual en algunos casos puede ser transmitir un mensaje, un sentimiento, un recuerdo o sencillamente mostrar el resultado de años de estudio.